BODAS
DE SANGRE.
Hallarse
inmerso en un proceso de creación con un Lorca es una experiencia
esotérica de la que no puedes escapar. El sueño del poeta absorbe
tus propios sueños, de tal forma entre sí abrazados, que llegan a
compartir la misma esencia, convirtiendo inevitablemente la pasión
literaria en apasionado Hecho Teatral.
Es
como si la exaltación lorquiana te fecundara y tu naturaleza se
viera obligada a parir la criatura sobre las tablas. El dolor del
parto genera vida y para éste, puedo asegurar, no existe método sin
dolor.
No
se cuántos habréis aceptado mi invitación... pero se que algunos
estaréis ahí y es una sensación extraña para mí –muy poco
acostumbrado a estas tecnologías- no conocer a la gente con la que
hablo.
Juana,
sin embargo, está encantada. No entiende absolutamente nada. Yo he
intentado explicárselo pero ella me dice que no es necesario, que
tampoco ve a los Ángeles y a los Santos y que sabe muy bien que
están ahí.
A
mi esto me produce una ternura infinita.
-He
comenzado los ensayos de “Bodas de Sangre”.
-¡Eso
son palabras mayores! –exclama ella, emocionada-
-Ya
sabes lo que Lorca significa para mí.
-Recuerdo
muy bien cuando me obligaste a leerlo.
A
Juana se le humedecen siempre los ojos cuando habla del pasado.. y su
mano derecha tiembla levemente, apoyada en el brazo de ajado
terciopelo de su sillón. A mi también acaba temblándome algo por
dentro.
-Terminé
leyéndotelo yo; acuérdate.
-Claro;
yo, entonces, juntaba las letras. Vendía periódicos y yo casi no
sabía leer.
-Leíamos
“La Casa de Bernarda Alba”. Yo acababa de ver “Bodas” en el
Bellas Artes y “Bernarda” aún no se había estrenado en la
España franquista.
No
pudo verla estrenada Federico. Si pudo asistir, en cambio, al estreno
de “Bodas de Sangre” en el teatro Beatriz de Madrid. La Compañía
de Josefina Díaz De Artigas y Manuel Collado-Montes la puso en
escena, el 8 de Marzo de 1933, interpretando, respectivamente, los
papeles de La Novia y Leonardo, muy coherentemente considerados
protagonistas de la historia. Josefina Tapias, sin embargo, se
encargó de La Madre y su más que brillante interpretación,
poniendo de relieve la extraordinaria fuerza trágica del personaje,
hizo que éste se convirtiera, y ya para siempre, en la auténtica
heroína de la obra. Cabe destacar la curiosidad de que La Madre
(actriz) era en aquella ocasión doce años más joven que La Novia.
Desde entonces las más grandes actrices de habla
hispana se han metido en la piel de este personaje que crece con cada
interpretación. Margarita Xirgu, Lola Membrives, Candida Losada...
-¿Por
qué otra vez Bodas?- me pregunta Juana-
-La
monté hace diez años, con la misma compañía –casi todos los
mismos actores y actrices- en el mismo espacio... Será muy
interesante constatar lo que hemos crecido en estos diez años y en
qué dirección. Será un montaje nuevo en el que cada uno de
nosotros habremos aportado algo nuevo. La obra será la misma; espero
que el Hecho Teatral aporte otra dimensión aún más plena, más
elevada ¡Cabe un universo entero en ese sueño de Lorca!... y
siempre queda universo por descubrir.
En
el Teatro no existen las metas, como en cualquier arte todo es camino
y, como dijo el poeta, el camino lo hacemos nosotros paso a paso,
verso a verso. Me pregunto qué hacemos en este momento, detenidos
por las circunstancias adversas ¿Cuándo éstas fueron favorables
para la escena?
-Esta
vez yo no podré verla –se queja Juana- Estoy como
entonces, cuando el quiosco me mantenía atada.
-Y
yo te contaba, ce por be, cada estreno.
-Y
ahora has vuelto a hacerlo, y ¿Sabes qué?... con el mismo
entusiasmo de entonces ¡Eso es grande! -exclama-
-No
puedo olvidar el de esta obra. En octubre del 62, Compañía de José
Tamayo, teatro Bellas Artes ¿Te acuerdas? –le pregunto. Ella
se acuerda siempre de todo-
-¿Cómo
no? –me contesta con una sonrisa indulgente que parece
disculpar por adelantado mi inminente acceso de entusiasmo- Aún
no habíamos terminado de leer “Bernarda” y ya me estabas
contando con vehemencia lo que sucedía en “Bodas”
-Pepita
Serrador en La Madre y Paquita Rico, Rafael Arcos y José Rubio, en
La Novia, Leonardo y El Novio.
No
relataría hoy con el mismo impulso arrebatado de entonces aquél
feliz estreno, después de haber leído las crónicas del primero,
casi treinta años atrás, en el Beatriz.
“El éxito, clamoroso; el público no cesó de
aplaudir hasta interrumpiendo la representación” narra Jorge de la
Cueva, en tanto que Luis Araujo-Costa explica que el público
“requirió al autor en casi todos los cuadros y una vez durante la
representación, interrumpiéndola en uno de los parlamentos más
poéticos”.
Tras leer estas palabras, rescatadas de un periódico de
aquellas fechas, constato tristemente que la decadencia del Teatro
en nuestro país no ha surgido anteayer. No se levantó aquél
entusiasmo en la sala del Bellas Artes... y hoy, recordándolo con la
perspectiva que el tiempo y el aprendizaje te proporciona, creo
que... que aquél Lorca sonaba un poco a Rafael De León. Mucho daño
hizo el franquismo con su censura y su cerrazón a nuestro Teatro;
pero eran tiempos en que sus gentes reaccionaban de otro modo y no se
rindieron inventando, como ahora, sucedáneos pretendidamente
novedosos y falsamente teatrales... y menos costosos, claro.
Entonces, a pesar de todo ¡Se seguía haciendo Teatro!
-
No te vayas por las ramas -me
advierte Juana- o tendrás que dar
explicaciones a mucha gente.
Lo
se; pero las tengo. No habría mas que dar un repaso a la cantidad de
Compañías Privadas, estables, que recorrían España de punta a
punta y recalaban en Madrid donde el público ya las conocía y las
esperaba y llenaba los teatros.. que eran muchos, por cierto ¡En la
época más difícil de una España a la que no se dejaba respirar
intelectualmente! ¡Entonces si se luchaba!
-“Ahora si queremos trabajar
hemos de reinventarnos”- me decía una
actriz del llamado Club de la Comedia. ¿Inventar ahora el teatro? Me
pregunto.
-¡Vamos a otra cosa!
-Si; tienes razón ¡Vamos a otra cosa! Querrás que
te cuente cosas de los ensayos....Tiempo tenemos de hablar de
nuestros cabreos.
Todo el que me conoce me habrá oído decir que si La
Alambra de Granada existe es porque alguien la soñó primero. Se
trata de una frase, para mí ya hecha. Federico soñó “Bodas” y
yo sueño su sueño y lo reinterpreto y se lo hago soñar a los
actores hasta convertirlo en un sueño colectivo -que es la vida-
porque, como dijo Calderón la vida es sueño y soñar es vivir.
Sueñan los actores que lo son y -calzándose la piel de su
personaje- sueñan que son santos o villanos, mendigos o hacendados,
devotos o impíos. Hurgan afanosamente buscado en su interior los
vestigios que de cada sentimiento, cada emoción, puedan atesorar en
el fondo de sus corazones y lo magnifican hasta alcanzar la dimensión
que los convierte en un arte... muy por encima de lo cotidiano... que
es lo vulgar.
-Que
es lo que te asquea y tratas de evitar -me
ataja Juana, que me conoce mejor que si me hubiera parido- Pero
también los actores son gente vulgar por mucho que te empeñes, y
tienen su vida vulgar fuera del escenario. Llegan tarde a los
ensayos, se distraen con sus preocupaciones, siempre tienen prisa...

Espero que a la postre todo sea experiencia que nos va
enriqueciendo y de ese modo que La Madre que Belén
Orihuela haga en esta ocasión (Después de
diez años) haya crecido y sus raíces se hayan hecho mucho mas
hondas -No es tu dolor -le
digo constantemente- no es el dolor de la
madre de El Novio muerto... Es el dolor
universal de todas las madres que pierden un hijo, de La Madre con
mayúsculas, como la escribe Federico -Y le
repito hasta la saciedad- Empapa tu cuerpo en
ese dolor hasta que se diluya en él. No quiero verte, ni a ti ni al
personaje... solo quiero sentir ese dolor.
Del mismo modo La Luna, de Charo
Bergón, habrá de alcanzar el tono universal
del astro que rige tan determinantemente el comportamiento humano. Y
del mismo modo también se habrá hecho más profunda la amarga
sumisión de La Mujer, la mujer de Lonardo ¡Leonardo! el único
personaje con nombre propio, porque es el único que, fuera de lo
establecido, no responde a ningún nombre genérico. Jorge
Peña Miranda. El
actor es así, apasionado, violento, febril, impredecible... un río
sin cauce, un huracán sin muro ni monte que lo detenga; antítesis
de El Novio, David
Bueno de aguas quietas
y limpias, transparentes, espejo para mirarte, pero que no calman la
sed ni apagan el fuego.
-¿Y La Novia? -me
pregunta Juana-
No se qué decir. Estamos en pleno proceso. Hay que
aguardar a que las cosas sucedan. La actriz, Alexia
Lorrio, es vehemente, apasionada. También lo
es La Novia, y ambas han de ocultarlo en una fingida sumisión, para
cumplir lo que de ellas se espera, hasta que se desencadene la
tragedia y se abran de par en par las compuertas de la tempestad que
lo inunde todo de sangre.
-Me gusta escucharte.
Antiguamente los periódicos publicaban una antecrítica
antes del estreno. Los de la mañana solían hacerlo el mismo día y
el día anterior los vespertinos. Así como las críticas corrían a
cargo de prestigiosos profesionales, cuyo predicamento podía hundir
o aupar una obra, la antecrítica solía escribirla el director o
responsable de la Compañía a fin de crear expectación en el
público, que sin duda la leería. Yo, como buen aficionado, siempre
fui un fiel lector de aquellas notas que, de alguna manera, te
aproximaban, incentivaban tu curiosidad y lograban conseguir un
incierto vínculo de complicidad. Saber en un estreno, antes de
levantarse el telón, algo de lo que allí iba a suceder, te
convertía en alguien importante entre los espectadores.
Hoy no se publica una antecrítica y la figura del
crítico profesional, respetado y valorado por su autoridad en la
materia, prácticamente ha desaparecido. Hoy cualquiera escribe,
cualquiera opina, cualquiera publica, Nuestra palabra solo tiene el
valor que cada cual quiera otorgarle porque, de hecho, no viene con
el certificado de validez que acompañaba a firmas como las de
Alfredo Marquerie, Lorenzo López Sancho, Manuel Diez Crespo, Basilio
Gassent...
-¡Otra cosa más que se ha
perdido!
Siempre acabamos hablado de lo mismo ¡Cuánto ha
cambiado el Teatro en los últimos tiempos!
Realmente esto es prácticamente una antecritica. Yo
siempre tratando de traer el teatro lo que el tiempo le ha robado.
Karpas Teatro – Sala de Cámara
Por los valores tradicionales del Teatro
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1 comentarios:
Write comentarioshe leido esto y me pregunto... quien es Juana??
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